Con una lista de exigencias legislativas y presupuestarias vinculadas directamente al pago de la deuda, el control de la inflación y el intento, al precio que sea, de mantener la tasa de beneficio empresarial de la oligarquía, la necesidad de abrir un periodo de gobierno estable con mayorías parlamentarias sólidas, es el principal objetivo político del capitalismo español y europeo.
Un proyecto fundamentado en la progresiva recuperación del bipartidismo institucional PSOE/PP, que, como ha quedado demostrado el 23J, avanza y se consolida con la participación de sus respectivas muletillas parlamentarias (Vox y Sumar), pero que aún tiene pendiente integrar en sus dinámicas de gobierno, a la totalidad de las fuerzas nacionalistas para confirmarse. Un proyecto que entierra el paréntesis político abierto con el 15M, pero que, al seguir sin resolver aun plenamente la quiebra institucional que abrió el Procés, sostiene un nivel de inestabilidad política, absolutamente inasumible en momentos en que es necesario tomar medidas urgentes de gran calado social, económico y político.
La aritmética parlamentaria impide aun afirmar cómo se resolverá la composición del gobierno.
Todo es posible, desde un gobierno de concentración nacional PP/PSOE, hasta nuevas elecciones, pero la lógica apunta a que será la socialdemocracia representada por el PSOE y Sumar la que asumirá la gestión de los intereses del Capital en el próximo periodo.
Realidad que marca los grandes retos que debemos asumir como Partido y que, a la vez, es la referencia inequívoca de las tareas que, objetivamente, tiene que enfrentar el pueblo trabajador para defender sus intereses y necesidades.
El gran desafío es invertir las dinámicas de desmovilización y aceptación constante de las llamadas políticas del mal menor. Acabar con las políticas de conciliación de clases y la paz social, para levantar un nuevo ciclo de organización y lucha obrera que ponga coto a los planes de ajuste que, necesariamente desarrollará el nuevo gobierno, en el próximo periodo.
Este es el llamamiento que realizamos al pueblo trabajador y el reto que asumimos como Partido dispuestos a jugar el papel de dirección política de masas que nos corresponde, orientándola y situando en cada momento la posición que más ayuda en cada momento a la articulación de la contraofensiva obrera y popular.
Para la lucha de clases no hay plazos de cortesía; sabemos muy bien cuáles son los planes del Capital y sus gobiernos.
No hay tiempo que perder
Toma Partido. Tu lucha decide
Comité Ejecutivo del PCPE