Los y las obreras de metal de Cádiz en pie de guerra contra el capital

Los y las obreras de metal de Cádiz en pie de guerra contra el capital

Los trabajadores del metal de las empresas auxiliares de astilleros de Cádiz vuelven a las movilizaciones. El elemento detonante ha sido el despido de cuatro trabajadores de una subcontrata de Navantia. Pero ese solo ha sido, como decimos, el detonante. Detrás de ello, se encuentra, por un lado, una prórroga del convenio (que aún no se ha renovado y que se está “negociando” a espaldas de los trabajadores y trabajadoras) que se cerró en falso por las premuras tanto de la patronal, sindicatos mayoritarios CCOO y UGT y el propio gobierno de atajar la huelga del 2019 lo antes posible y desmovilizar a una clase obrera que se había puesto en pie de guerra contra los abusos de la patronal. Por otro lado, el sistemático incumplimiento por parte de la mayoría de las empresas auxiliares del convenio vigente todavía: salarios por debajo de convenio, a veces con una diferencia de 500 euros, imposición por parte de la patronal de jornadas más largas, llegando a jornadas laborales de 16 horas, incremento de la precariedad, y encima con la amenaza del despido encima de la mesa. Si a esto le sumamos la desorbitada carestía de la cesta de la compra, el incremento de las hipotecas o alquileres, etc., nos encontramos con la mezcla perfecta para hacer estallar de indignación al más templado.

Ni el tan alabado “contrato fijo discontinuo” ni las pretendidas bonanzas de la seudo reforma laboral del 2021 han solucionado, en absoluto, los problemas que padece la clase obrera, no solo la de Cádiz, sino la de todo el estado. A pesar de los cantos de sirena de la “progresista” socialdemocracia, la realidad es tozuda, la precariedad laboral campa a sus anchas, las prácticas mafiosas de la patronal están a la orden del día y el retroceso generalizado que sufre en sus condiciones de vida la clase obrera nos sitúan en tiempos pretéritos que se creían ilusamente superados.

Naturalmente, no debe de extrañar a nadie que, ante este despiadado ataque de la patronal contra la clase obrera, esta se defienda. Es por ello que las Asambleas de trabajadores y trabajadoras de las empresas auxiliares han tomado el protagonismo en estos momentos, liberándose de la influencia opiácea de las organizaciones sindicales pactistas, y están debatiendo sobre sus problemas y planteando ir a la huelga indefinida. Mientras tanto, toda la maquinaria de la burguesía se ha puesto a trabajar para desprestigiar y acabar con cualquier rebelión de los que ellos creen sus siervos. Tanto por parte de la patronal como por parte de CCOO y UGT, mintiendo y tergiversando los hechos, disparan contra la masa trabajadora a través de sus medios de comunicación y sus lacayos culpando a los trabajadores por la pérdida de carga de trabajo y manifestando que la huelga es ilegal por la ridícula idea de que sólo UGT y CCOO son los “legitimados” para convocarla, con lo que tratan de amedrentarlos, confundirlos y enfrentarlos. Pero lo cierto que no hay nada que infunda más pavor a la patronal y sus lacayos que una clase obrera independiente y organizada.