1.- Hoy nuestro país enfrenta una alta demanda social como consecuencia del aumento del número de personas afectadas por el coronavirus Covid19. Existe inquietud en la población, y de forma amplia se demandan respuestas concretas que puedan llevar la tranquilidad ante esta situación sanitaria.
2.- Esta demanda social pone de manifiesto la fragilidad de un gigante con pies de barro. El sistema capitalista es, en términos objetivos, un obstáculo para garantizar las condiciones de salud y vida de la población. Las iniciativas de las instituciones internacionales, y también las del actual gobierno de coalición socialdemócrata presidido por Sánchez e Iglesias, están priorizando el mantenimiento de la tasa de beneficio por encima de cualquier otro objetivo. Las medidas necesarias, que se deberían tomar de forma urgente para la salud de la población, están siendo supeditadas a garantizar la ganancia del capital financiero y de los grupos monopolistas, las ayudas, una vez más, se orientan directamente a ellos.
El intento del capitalismo para superar las dificultades económicas impuestas por la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia, como parte de su crisis general, lleva a que los monopolios actúen en un marco cada día más globalizado, que genera una interdependencia absoluta en todas las actividades humanas. El capitalismo en su fase actual de desarrollo –imperialismo– fundamenta su evolución en un agresivo darwinismo social, y aprovecha cualquier circunstancia que afecte a su proceso de acumulación de capital para destruir competencias y fuerzas productivas. En este sistema la prioridad absoluta es la supervivencia de los monopolios, y nunca la defensa de la salud de la población. El IBEX35 pierde en estos momentos más de 100.000 millones de €. Las medidas de choque que el gobierno ha anunciado para los próximos días, responderán, sin duda, a su naturaleza de clase, opuesta al interés de las/los trabajadores y del resto de sectores populares. Resulta banal recordar nuevamente los 60.000 millones de euros no recuperados de los “préstamos” a la banca que facilitó el gobierno Zapatero para superar su crisis.
Los obstáculos que las empresas propietarias de determinadas patentes médicas están poniendo para que avancen las investigaciones destinadas a obtener una vacuna, con la urgencia que se necesita, es un ejemplo de ello. Esas empresas farmacéuticas tienen su prioridad en sacar las mayores ganancias de esta situación, y no en facilitar los medios necesarios para responder a esta demanda social. Tal comportamiento condena al fracaso las medidas que desde los Gobiernos se puedan implementar para limitar la extensión de las personas infectadas.
3.- Un sistema social caracterizado por el individualismo, la competitividad, y la ausencia de compromiso social, como es el capitalista, muestra hoy su debilidad estructural para responder a las amplias demandas sociales que surgen en el contexto de una sociedad humana altamente internacionalizada. Para responder a estas demandas la sociedad socialista se muestra como una sociedad superior, no solo por el sistema de valores que la orienta, sino también por las capacidades de una sociedad de economía planificada que es infinitamente superior en sus mecanismos para gestionar la defensa de los intereses colectivos, que siempre responden a las necesidades del pueblo.
4.- El ataque sostenido que, durante años de gestión neoliberal, se ha realizado contra el carácter público de los sistemas de salud de nuestro país debilita la capacidad de éstos para dar respuesta eficiente a una enfermedad de estas características. Los hospitales públicos se encuentran sobrepasados en lo que se refiere a sus posibilidades de prestación sanitaria, y atacados por las contrarreformas laborales. Por poner un ejemplo, en la Comunidad de Madrid se han destruido más de 3.000 plazas de médicos desde el estallido de la anterior crisis. La salud nunca puede ser un negocio, por ello el PCPE denuncia cómo las compañías privadas de seguros sanitarios están negando que una atención de este tipo esté incluida en sus pólizas, o que las patronales estén cuestionado las bajas que se han de dar en las situaciones de cuarentena. Un caso paradigmático, en este sentido, es la situación de los EE UU, donde 27.8 millones de personas carecen de cualquier atención sanitaria, situación que imposibilitará cualquier medida de protección social que se quiera imponer en ese país.
5.- El modelo económico impuesto a nuestro país en el reparto internacional del trabajo, asignando desde la UE a España el papel de balneario de Europa, demuestra toda su fragilidad en estas fechas. El temor a la enfermedad está llevando a la paralización del sector turismo, lo cual tendrá consecuencias muy negativas para la clase obrera que depende de este sector, y para toda la economía en general, al haberse abandonado los sectores productivos industriales y agropecuarios.
6.- El Secretariado Político del Comité Central del PCPE exige que las dificultades derivadas de esta situación no la paguen la clase obrera y los sectores populares. Al tiempo que hace un llamamiento a la mayoría social a responder ante esta situación elevando la conciencia solidaria de clase, y la confianza en las capacidades organizativas y de apoyo mutuo del pueblo, que son las herramientas más fuertes que tenemos a nuestro alcance para enfrentar esta situación.
Por ello llamamos a responder con la mayor solidaridad social, y a no realizar prácticas de acaparamiento y/o irresponsabilidad social. Solo una sociedad fuerte, que confía en sus mejores valores puede enfrentar este reto con posibilidades de éxito.
En la lucha por el futuro, las situaciones que enfrentamos cada día más, nos convencen de que el socialismo es una sociedad superior, donde el ser humano puede beneficiarse del altísimo desarrollo de las fuerzas productivos al servicio de la mayoría social, acabando con la propiedad monopolística y el capital financiero que son auténticas sanguijuelas que condenan al pueblo a la pobreza y a la miseria.
Madrid a 10 de marzo de 2020