El conflicto del Sáhara y la situación en la que se haya el pueblo saharaui es un problema sin resolver como consecuencia del colonialismo español.
España desoyendo la resolución número 1542 de la Asamblea General de la ONU del 15 de diciembre de 1960 que conminaba a las potencias coloniales a iniciar los procesos de descolonización, no aplicó dicha resolución y renunció a sus responsabilidades de potencia colonia en el Sáhara en vez de garantizar el proceso que condujese a la independencia de dicho territorio.
Mediante los acuerdos de Madrid del 14 de noviembre de 1975 en un acto de traición al pueblo saharaui, España hace entrega del Sáhara a Marruecos y a Mauritania dejando abandonado a su suerte el territorio y al pueblo saharaui.
La inmensa mayoría de los saharauis huyen de las ciudades y se refugian en los campamentos situados en los confines del desierto bajo la protección del Frente Polisario. Desde un primer momento el ejército marroquí de ocupación impone un régimen de verdadero terror en el territorio bajo su control. El Frente Polisario legítimo representante del pueblo saharaui, hace frente mediante la lucha armada a la ocupación militar.
Mauritania incapaz de contener la actividad guerrillera del Frente Polisario en su propio territorio firma en agosto de 1979 la paz con este y renuncia a la parte del territorio del Sáhara que ocupaba. Desde entonces, Marruecos queda como único país ocupante. Asimismo, el reino alauita incapaz de contener las acciones guerrilleras del Polisario en un acto genocida más contra el pueblo saharaui, entre 1980 y abril de 1987, construye un muro de 2720 kilómetros de longitud separando el considerado Sáhara útil bajo su control del resto del territorio desértico en el que se hayan los campamentos de refugiados que acogen a la inmensa mayoría de la población saharaui , territorio sin recursos y bajo el control del Frente Polisario. Todo ello con la intención de agotar la resistencia del pueblo saharaui y hacer caer el conflicto en el olvido.
Hay que recordar que el hecho de la ocupación del Sáhara por Marruecos es un acto ilegítimo que va en contra de las resoluciones de las Naciones Unidas al respecto, y lo es también desde el punto de vista de las normas que rigen el derecho internacional aunque se trate de ocultar.
España es legalmente la potencia colonial y por tanto tiene una responsabilidad política con el pueblo del Sáhara.
Marruecos a lo largo de las últimas décadas ha desoído de forma constante los llamamientos de la ONU y otros organismos internacionales, para garantizar la celebración de un referéndum de autodeterminación donde el pueblo saharaui pueda ejercitar su derecho a la independencia.
En todo momento las potencias occidentales con Estados Unidos a la cabeza, Francia, España y otros países han colaborado abiertamente con los monarcas Hasan II y después con su hijo Mohamed V, actual rey de Marruecos, para mantener esta ilegalidad que representa la ocupación militar del Sáhara. En el fondo de esta actitud condescendiente están las grandes riquezas de fosfatos que contiene el subsuelo de este territorio desértico y que son las mayores del mundo. Así como los ricos caladeros de pesca que contienen las costas saharauis.
Hay que exigir al gobierno de España que asuma la responsabilidad histórica con el pueblo Saharaui, y a la comunidad internacional que se apliquen las resoluciones de la ONU y se abran los cauces para que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho de autodeterminación hacia la independencia.
Hay que exigir el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como único representante del pueblo saharaui.
Hay que mantener viva la llama de la solidaridad internacionalista con este pueblo y no dejar que su justa causa caiga en el olvido como tratan de hacer los gobernantes de los países occidentales con intereses en la zona.
Juan Manuel Hernández, Comisión Antiimperialismo – Comité Central PCPE