Gobierno Socialdemócrata, última esperanza de la burguesía para tratar de superar su profunda crisis

Gobierno Socialdemócrata, última esperanza de la burguesía para tratar de superar su profunda crisis

ANTE LA CRISIS DEL SISTEMA DE DOMINACIÓN TOCA GOBIERNO SOCIALDEMÓCRATA

GOBIERNO SOCIALDEMÓCRATA, ÚLTIMA ESPERANZA DE LA BURGUESÍA PARA TRATAR DE SUPERAR SU PROFUNDA CRISIS

La elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno, en un escenario de extrema tensión en el debate parlamentario, expresa la magnitud y el alcance general de la crisis que afecta a las distintas estructuras de legitimación del poder de la burguesía española.

A la gravísima inestabilidad del capitalismo internacional, que no solo se expresa en que la deuda mundial haya alcanzado la impagable cifra de 32.500$ cada uno de los más de 7.000 millones de personas que habitamos el Planeta i, sino que, además, en los más diversos escenarios, los intentos desesperados y aventureros de los EE.UU para tratar de revertir sus dificultades para mantenerse como primera potencia hegemónica mundial, nos sitúan en el gravísimo riesgo del estallido de un conflicto bélico generalizado; el capitalismo español añade un buen número de factores de quiebra que hacen ingobernable su desarrollo que no tienen solución dentro de los límites del actual marco institucional.

La constatación del constante debilitamiento de los consensos del 78, es el punto de partida para analizar la totalidad de los factores que se expresan en la elección de este gobierno, cuya prioridad absoluta es la de tratar de gestionar la superación de la crisis global del capitalismo español, para, en lo que debe ser una profunda refundación orgánica de su existencia, establezca las condiciones que permitan iniciar un nuevo periodo en el ejercicio de la actual dictadura de clase.

Más allá de los mediáticos exabruptos de una derecha cortijera, envalentonada por décadas de políticas conservadoras desarrolladas por la alternancia PSOE/PP en los gobiernos centrales, autonómicos y locales, es necesario entender que, tal vez, la alternativa que ofrece el gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, sea la última oportunidad con que cuente el núcleo dominante de la oligarquía española para gestionar una salida de la crisis que le garantice la unidad del mercado que conquistó por las armas en 1939, y que logró consolidar durante estos 40 años con la Transición pactada tras la muerte del tirano en 1975.

Bien definido por la portavoz de EH Bildu, como el último tren con el que cuenta el estado español para abordar la crisis territorial con una propuesta fundamentada en el reconocimiento efectivo de la plurinacionalidad del Estado Español, nuevamente recae en la socialdemocracia (la nueva y la vieja) la tarea de gestionarle a la burguesía una salida con paz social. Una salida en la que los intereses y necesidades de la clase obrera y los sectores populares queden en un subordinado segundo plano. La socialdemocracia española de PSOE y Unidas Podemos, con el concurso de sus compañeros vascos, catalanes y gallegos, de EH Bildu, ERC y BNG, más un PNV muy consciente de sus responsabilidades e intereses institucionales, enfrentan la tarea de buscar una salida superadora “al régimen monárquico del 78” para evitar que salte por los aires la arquitectura actual del Estado. En una situación, en la que cada vez más amplios sectores de las burguesías vascas y catalana se sitúan liderando las legítimas aspiraciones de libertad de sus pueblos, con la finalidad de lograr un espacio político diferenciado para la gestión exclusiva de sus propios mercados; la oligarquía española juega su última carta de formalidad democrática antes de optar definitivamente por el recurso de la represión y la tiranía como su única jugada posible.

Frente a esta posibilidad, que empezará a gestionar con pleitesía palaciega el nuevo gobierno, se sitúa la reacción heredera del abrazo de Vergara y de la Restauración decimonónica. Esa oligarquía, determinada por su carácter reaccionario y parasitario, de querencia aristocrática, como fracción más conservadora y ultramontana de la burguesía española mantiene, como única opción para el ejercicio de su poder, la violencia como garantía de la constante negación de derechos a cualquier fracción de la sociedad que no sean ellos mismos.

Por la gracia de Dios y de la Conferencia Episcopal, en su España solo caben ellos, y quienes aceptan ser sus esclavos sumisos. PP, VOX y Ciudadanos, con un programa ultraliberal de privatizaciones generalizadas y liquidación de derechos civiles, sociales y laborales en una España Una, son la alternativa política del garrote, los grilletes y el rosario, a la gestión de la crisis capitalista que tratará de realizar el gobierno de la socialdemocracia.

LOS GRANDES AUSENTES; LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO TRABAJADOR.

En el desarrollo de estos acontecimientos no se nombra a quiénes, sin duda, hemos sido los grandes ausentes del debate parlamentario. Nadie, más allá de menciones puntuales a asuntos muy concretos de especial significación, como puede ser el caso de algunos aspectos de la última reforma laboral o la ley mordaza, situó una agenda detallada para la recuperación de derechos para la clase trabajadora y los sectores populares. Sólo se oyeron voces para ensalzar la llamada “cultura del emprendimiento” y para facilitar la creación de PYMEs; pues en boca de la socialdemocracia, la nueva y la vieja, queda claro que la ciudadanía, hace tiempo ya que, en aras del interclasismo, derrotó a la clase obrera.

La garantía de la paz social pasa por amordazar al pueblo trabajador, ocultar sus necesidades, y desmovilizarlo con el espantajo de la “derecha fascista” y la necesidad de ajustarse a los límites que marca la realidad de la “compleja” coyuntura económica nacional e internacional.

La necesidad de institucionalizar el discurso del “mal menor” que, desde los Pactos de la Moncloa, ha servido para legitimar décadas de pacto social y conciliación de clases, será la divisa del nuevo gobierno. Un gobierno que, muy probablemente, partiendo de alguna medida de indudable interés social como, tal vez, la subida del SMI o cierta regularización del mercado del alquiler o de las casas de apuestas que inundan los barrios obreros, acabará aplicando todos y cada uno de los mandatos que, desde los poderes fácticos del Estado y las instituciones europeas e internacionales, se le impongan para gestionar la crisis estructural del capitalismo. Es muy posible que repitamos el escenario del gobierno de Zapatero, que inició su mandato retirando valientemente las tropas de Iraq, pero que acabó siendo el gobierno que más militares españoles desplegó a lo largo y ancho del Orbe.

Igualmente, la política exterior de España fue la otra gran ausente del debate. Ni nada se habló de ella, ni nadie osó cuestionar el consenso que, no solo, subordina la soberanía económica y monetaria a la UE y el BCE, sino que, además de ceder el territorio español a la OTAN y al ejército yanqui para sus bases de guerra, nos implica directamente con tropas en el terreno y un coste multimillonario, en la mayoría de los conflictos bélicos con los que el Imperialismo asola a la Humanidadii La nueva socialdemocracia de Podemos, IU y el PCE, en aras de su soñada legitimación institucional con sillón en el Consejo de Ministros, parecen olvidar para siempre, no solo, el OTAN NO, BASES FUERA, sino también el NO A LA GUERRA.

Por ello, frente a la maniobra de la socialdemocracia con el objetivo de desmovilizar al pueblo trabajador y a los sectores populares, con el concurso de sus correligionarios sindicales y sociales que seguirán jugando su papel de intermediación y conciliación de clases, la opción de los y las comunistas, del PCPE y su Juventud, la JCPE, es levantar la más amplia alianza social que, sobre la base de una Plataforma política y social de recuperación de derechos, sitúe a nuestra clase y a sus aliados a la ofensiva.

La clase obrera, el campesinado empobrecido por los monopolios, falsos autónomos, pequeños empresarios autoexplotados y condenados a la proletarización, mujeres trabajadoras doblemente esclavizadas, jóvenes sobreexplotados y forzados a la emigración, trabajadores/as inmigrantes sin derechos…, todos y todas unidos contra la pauperización de nuestra realidad y en pro de un futuro sin explotadores y organizados y movilizados en torno a un programa fundamentado en un nuevo proyecto histórico para una España, que sea unión voluntaria de pueblos libres y soberanos, articulada en una República Socialista de carácter Confederal. Ese es el proyecto histórico de soberanía, progreso y libertad por el que lucha el PCPE.

Se impone la necesidad de armar una potente contraofensiva obrera y popular que enfrente la agresión capitalista y los grandes retos sociales sobre la base de la defensa intransigente de todos los derechos y libertades arrancadas a la burguesía con nuestra lucha, derecho a la Autodeterminación, igualdad de derechos entre hombres y mujeres que acabe con la doble opresión a la que son sometidas las mujeres trabajadoras, desmercantilización de la Educación y la Sanidad, derechos de la Juventud, salida del Euro, la OTAN y la UE en el marco de un proyecto de recuperación de la soberanía popular centrada en el mundo del trabajo, nacionalización de los sectores estratégicos, fundamentalmente, banca, energía, obra civil, transportes y telecomunicaciones, reducción de los presupuestos militares, salario y pensión mínima de 1.200€, gestión del medio ambiente a favor exclusivamente de las necesidades sociales. Estas son solo algunas de las medidas del programa en torno al cual armar y organizar nuestra lucha.

Una vez más, la lucha obrera y la movilización popular continuadas, volverán a ser la única garantía de victoria frente a las clases parasitarias que todo nos lo roban. En una situación en la que la clase dominante enfrenta graves dificultades para mantener su dominación, el bloque obrero y popular tiene que aprovechar la ocasión para golpear de forma continuada y conseguir cambiar la correlación de fuerzas y hacer avanzar sus posiciones clasistas. Es el momento de trabajar para poner en marcha un amplio proceso, de unidad y movilización, que impida a la oligarquía española consolidar su poder en una fase superior de explotación y violencia con la ayuda del gobierno de la socialdemocracia.

POR LA UNIDAD EN EL FRENTE OBRERO Y POPULAR POR EL SOCIALISMO POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE CARÁCTER CONFEDERAL
POR LA SALIDA DEL EURO, LA UE Y LA OTAN

7 de enero de 2020